MIYAZAKI Y LA NATURALEZA

 
 
 
 

Hayao Miyazaki
Los largometrajes animados se han convertido en los últimos años en obras cada vez más serias y con un trasfondo que no tiene nada que envidiar a los largometrajes de “carne y hueso”. Quizá si dejamos a parte a los estudios Pixar, sean las producciones japonesas las que han marcado el ritmo desde hace bastante tiempo (más de 30 años), con espléndidas obras maestras. Dentro de estas producciones hay un nombre que destaca sobre el resto, el de Hayao Miyazaki. Yo, con mi formación de Biólogo, y con mi ansia por establecer conexiones entre distintas áreas de conocimiento, decidí hace un tiempo revisar algunas de sus obras para encontrar como el autor trata de inculcar un especial cariño hacia el mundo que nos rodea mediante fábulas extraordinariamente contadas. He escogido para tratar una obra clásica de este director: Naussica del Valle del viento. Conforme desarrolle la entrada se entenderá el porqué de escoger esta obra en particular.
La mayoría de las personas solemos mostrar en algún momento de nuestra existencia un interés por la vida que nos rodea, y establecemos fuertes vínculos con toda clase de seres vivos, desde mi abuela con sus macetas, hablándole a los geranios, hasta yo mismo con mi gata (con la que he mantenido fascinantes conversaciones). Salvo unos pocos desalmados que consideran su estatus biológico como superior, este sentimiento parece ser característico de nuestra especie. Hacer llegar un mensaje de cómo las personas de manera individual demuestran este apego por los demás seres vivos pero en conjunto, como población, hacemos mal a lo que parece que queremos proteger, es harto complicado. La ciencia lo intenta, pero es el conocimiento artístico el que mejor puede transmitir el mensaje (a mi parecer, claro está). Es aquí donde Miyazaki me parece excelso, elevando la animación, a priori un género infantil para muchos, a la categoría de cine serio.
Naussica del Valle del Viento está realizada en una época convulsa, donde el mundo miraba día sí y día también a los conflictos internacionales, con un manto de guerra fría todavía cubriendo el panorama internacional. Este estadio de tensión había hecho pensar, desde el final de la segunda guerra mundial, una posible recaída, y el advenimiento de un nuevo conflicto armado. En Naussica, un mundo ya devastado y consumido por las consecuencias de la propia acción humana en forma de guerra casi imperecedera, no es capaz de encontrar salida al conflicto. Sin embargo no todo está perdido, porque aún existe alguna región donde existen mentes con la capacidad de entender que se consigue más tratando de entender el ambiente que cortando la comunicación con el mismo. Creo que hasta aquí puedo encontrar opiniones parecidas con otros autores.
 Pero yo quiero ir más allá. La conexión de Naussica con la naturaleza (que parece la utopía soñada de Miyazaki) descarta en ella el sentimiento de tratar a cualquier ser viviente como inferior, como se observa en la escena en la que Naussica, ante la mirada atónita de Lady Kushana (princesa del reino de Tormequia, un estado guerrero) es envuelta por los tentáculos del Ohm (un insecto gigante con aspecto de gusano y que tiene muy mal genio), que rebusca en su mente topándose con un recuerdo de infancia de Naussica donde trata de salvar a una cría de Ohm, con la que parece haber establecido un vínculo que, probablemente, ante los ojos de un primer espectador, cree conmoción (de todos es conocido el horror o la fobia que se tiene por algunos tipos de artrópodos…). Consigue Miyazaki que de verdad conectes también con el sentimiento de amor que profesa Naussica hacia una naturaleza que consigue sobreponerse a los envites constantes de fuerzas externas, en este caso nosotros mismos. No sé si Miyazaki alguna vez leyó a James Lovelock, pero me parece una analogía del “mundo de las margaritas”, encuadrado dentro de su famosa hipótesis Gaia, en el cual la vida se mantiene siempre gracias a sus capacidad homeostática para adaptarse y resistir los cambios (para quien quiera saber algo más del “mundo de las margaritas”, recomiendo estos dos enlaces:
En el segundo podéis jugar cambiando parámetros y viendo la evolución de las margaritas). La forma en que el bosque contaminado (el mar de putrefacción), protegido por los insectos,  encierra la esencia de un mundo que aún está vivo y que guarda los vestigios de un aire puro, que ya no circula en la superficie, en sus profundidades, alimentándose de la descomposición de los árboles, con un abono de color amarillento (lo que me parece un símil con el oro, dando a entender lo valioso del ciclo vital) me hace pensar en los pequeños reductos que hay en la naturaleza que se encuentran fuera del alcance de la civilización, allí donde los flujos de materia y energía son ajenos a todo menos a ellos mismos.
Un aspecto interesante de Naussica es su actividad marcadamente científica, explorando el mar de putrefacción, recolectando plantas, observando el mundo que le rodea y siendo el baluarte del pensamiento crítico en un mundo donde nadie tiene interés por ver más allá de ese mar de putrefacción, un mundo considerado perjudicial para los humanos, y del que ella consigue averiguar más de lo que se ha podido averiguar en los últimos mil años, simplemente por mera ignorancia. Incluso consigue sacarle partido; la imagen final construyendo un jardín cultivadas con plantas cogidas del bosque contaminado es prueba de ello.
 

 Como buena pensadora con mente científica, Naussica se plantea una primera hipótesis “¿Qué pasa si intento cultivar las plantas fuera del bosque contaminado?”. Para poder comprobarla diseña un experimento que consiste en recolectar semillas de las plantas que viven en el bosque contaminado y cultivarlas en un medio condicionado por ella misma en el sótano del castillo donde vive. A continuación obtiene resultados ¡Las plantas crecen fuera del bosque! Ahora, siguiendo un bucle hipotético-deductivo, los resultados le plantean una nueva hipótesis “¿Qué hace que las plantas sobrevivan tanto en un lugar contaminado como en su casa, que está libre de contaminación?” La conclusión la obtiene cuando cae en las profundidades del bosque contaminado, y ante los atónitos ojos del príncipe Asbel (del reino de Pejite, que está en guerra con el reino de Tormequia), integra los conocimientos adquiridos y deduce porque las plantas se desarrollan en ambos ambientes (la pureza del agua y del aire en las profundidades del bosque alimenta a las plantas de la superficie) ¿Viendo cosas desde mi sesgo de hombre de ciencia? A lo mejor sí…

Naussica tiene más puntos curiosos. Durante el transcurso de la película hay un hecho que puede pasar desapercibido, pero que a mí me resulta llamativo, e incluso intencionado por parte de Miyazaki. A lo largo del film se producen varias batallas, hay accidentes, con personas que mueren….sin embargo no hay sangre que salga de los humanos. La única sangre que se ve en la película únicamente brota de los insectos y de la propia Naussica (momento en el que montada en su aparato volador resulta herida por los dos hombres que transportan una cría de Ohm en otro extraño aparato volador). Miyazaki quiere resaltar que en mitad de un conflicto bélico, va a ser el ambiente en el que vivimos el que sufra el mayor daño. La inocencia de Naussica, y su buen hacer, quedan integrados en la naturaleza, por lo que pasa a ser otra víctima más, sangrando entonces de la misma forma que lo hace el mundo del que ahora forma parte. El mensaje podría ser: “Aquel o aquello que no se mueva dentro de la marea de destrucción será arrasado”, sin embargo, como explicaba antes haciendo referencia al “mundo de las margaritas”, parece que la naturaleza encuentra siempre la forma de devolver la jugada (el mar de putrefacción representa la venganza de la madre naturaleza…).

Que yo esté haciendo un análisis de lo que intenta describir Miyazaki con esta obra no quiere decir que esté totalmente de acuerdo con su interpretación (o la interpretación que creo que él quiere dar). Para concluir remataré la faena hablando de esa utopía de la que antes hablé. Miyazaki termina con la conciliación entre naturaleza y civilización, con Naussica como “el mesías” tan esperado ¿Por qué utopía? Porque a día de hoy, 30 años después de esa película, sigue desaparecida esa presunta conexión global con el mundo que nos rodea, a pesar de que, como dije al principio, tengamos conciencia individual de que los seres vivos también poseen procesos fisiológicos que les permiten percibir y sentir ese mundo en el que cohabitamos. Como esto es una mera interpretación, y como cada uno tendrá la suya propia, estaría bien que se abriera un debate entre aquellos que hayan visto la película. Me dejo cosas en el tintero como, por ejemplo, hablar de los dioses guerreros (¿analogía con los pesticidas que matan no solo a los insectos sino a todo lo que se pone en su camino?). La recomendación es clara: Ved cine de animación, puede ser tan enriquecedor como cualquier otro.


                                                            
                                                                Autor del artículo

José Joaquín Serrano Morales

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